#TipsWuau | Ansiedad por Separación (ASP)
- Benjamín
- Oct 7, 2015
- 7 min read
En este último tiempo, el problema más común por el que me ha contactado la gente es por la famosa ansiedad por separación, pero, ¿qué es realmente este trastorno?

Destrozos múltiples, pipí por todas partes, reclamos de los vecinos por los ladridos incesables y locura y desesperación al recibirnos. Estas son algunas de las conductas que podemos relacionar con este problema conductual y que, además de ser un problema para nosotros, nuestros perros no lo pasan nada de bien. "Mi perro se enoja cuando salgo, así que se desquita y rompe todo lo que encuentra", ¿cuantas veces han escuchado eso? Nada de esto lo hacen por "venganza", ni para desquitarse con nosotros, sino que es una respuesta a la inseguridad que presenta el quedarse solo sin saber qué hacer y la manera que buscan para superar eso es rasguñar puertas y/o ventanas para poder salir, o también ladra y aullar incansablemente, haciendo un llamado para que alguien venga a "rescatarlos". Incluso hay veces que el descontrol llega a tal punto, que hacen sus necesidades por toda la casa, debido a la angustia y estrés que les genera esta soledad, lo que también muchas veces se traduce en todo tipo de objetos destrozados.
Como sabrán, los perros son animales extremadamente sociables y a lo largo de la historia han logrado generar un vínculo único con los humanos, es por esto que, al tener una relación tan intensa, puede generar que ellos no toleren bien el separarse de nosotros, sus humanos. Para un perro, el pertenecer a un grupo familiar, ya sea de caninos o de humanos, les da seguridad y se sienten protegidos de cualquier amenaza. La soledad es interpretada como una situación de riesgo y desprotección que puede provocar ASP.

También podemos tener el caso de un perro que queda con mucha energía y aburrido que, al no tener nada que hacer, va a buscar entretenerse con algo como correr arriba de los sillones, comerse la basura y hacer lo que sea con tal de poder botar dicha energía. En este caso no hablamos de ASP, es sólo aburrimiento y se elimina haciendo más ejercicio y desafiando mentalmente al perro.
Pero, ¿por qué solo aglunos perros presentan esta conducta? La respuesta es clara y tiene que ver con qué nivel de intensidad nos relacionamos con nuestras mascotas. La relación con cualquier otro ser debe ser sana y no debemos generar total dependencia de alguien. En el caso de los perros con ASP, la dependencia es total y se transforma en un trastorno, que muchas veces es de igual forma en el humano. Estas personas no se separan de sus perros ni por un segundo y, cuando lo hacen, sufren desmesuradamente hasta el punto de la angustia y estrés. Lo mismo pasa con su perro que está esperando en casa, desesperado y buscando algo para poder liberar ese estrés y ansiedad.
Como humanos, seres pensantes y capaces de darnos cuenta de que algo no anda bien, es nuestra responsabilidad tomar cartas en el asunto y hacernos cargos del problema. No hay que ser egoístas, hay que pensar primero en nuestro perro y en lo que necesita él para estar sano mentalmente. No podemos basar nuestra relación en el apego extremo y el cariño, ya que lo único que vamos a lograr es este hiperapego, que sobrepasa los límites de lo sano.
Para entender un poco, debes saber que "el cachorro comienza a sufrir una especie de desapego por parte de su madre alrededor de los 45 días, que es cuando la madre comienza a rechazarlo cuando quiere mamar. Esta conducta por parte de la madre sirve para que el cachorro comience a desarrollarse como un individuo único y establezca vínculos con el resto del grupo y para ello es fundamental que el vínculo primario se debilite porque, si no es así, el centro de atención del cachorro siempre será su madre y no logrará desapegarse ni, por lo tanto, evolucionar como ser individual".

Pasa mucho que, después de que la madre realiza dicha separación, llega el humano a adoptar a ese cachorro y empieza a hacer el proceso contrario, buscando el apego máximo y empezando a generar esta dependencia, lo que no va a ser bueno para su formación como perro adulto. Debemos crear una relación lo más sana posible, como lo haríamos con cualquier otra persona, pero siempre teniendo en cuenta que es un perro y no un humano.
Las causas de la ASP pueden ser variadas, tales como el cambio de casa, la llegada de alguien nuevo a la familia o separación temprana de la madre. Sea cual sea el por qué, nunca es tarde para solucionar este problema.
PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN DE LA ASP
Existen una serie de puntos importantes que debemos tener en cuenta para lograr un vínculo sano entre el nosotros y nuestros perros para evitar desarrollar el problema.
Independencia desde el principio: no debemos estar todo el día junto al perro, ni ponerle atención todo el tiempo. Después de un largo juego o ejercicio, lo podemos dejar sólo para que se acostumbre.
A nuestro ritmo: no hay que dejar que el perro tome decisiones de cuándo y cómo, debemos ser nosotros quienes decidamos cuando es hora de jugar, de comer, del cariño, etc.
El perro quiere ser perro: al tratarlo como guagua o humano, estamos evitando que se desarrolle de forma natural como individuo y logramos que no pueda madurar emocionalmente.
Las rutinas son clave: desde el día uno debemos crear rutinas y tratar de romperlas lo menos posible; horas para comer, para el paseo, etc.
Juguetes: ojalá que sean para morder. Pueden ser huesos de cartílago, juguetes para poner comida dentro, etc. Ojo, deben ser sólo para cuando quede solo, si están todo el tiempo ahí, no les va a prestar atención.
Si tengo claro el diagnóstico y mi perro sufre de ASP, es hora de ponerse las pilas y empezar con la rehabilitación. Siempre es bueno contar con la ayuda de alguien experto en conductas.
Para partir, debemos tener claro que no es válido enojarnos ni frustrarnos en este proceso, ya que es una conducta delicada en donde el perro no lo pasa nada de bien. Debemos estar siempre tranquilos y seguros de lo que estamos haciendo, le queremos transmitir justo eso. Si encontramos destrozos, no hay que retar al perro, él no va a hacer la asociación de que lo están retando por eso. Hay que sacarlo de ese lugar y limpiar lo que haya hecho.

Paso por paso para trabajar:
Eliminar el hiperapego: para eliminar esto, debemos empezar a alejar al perro de nosotros. Para partir podemos pedirle sólo un par de metros y que espere en el lugar. Podemos ayudarnos con una galleta para atraerlo con el olor, no se trata de darle premios todo el rato, si no asociar el ejercicio con algo agradable. Nuestra herramienta de trabajo va a ser nuestro cuerpo y nuestra energía. Con el cuerpo bloqueamos el paso y transmitimos a la vez tranquilidad. Si estamos en una pieza, podemos pedirle que espere justo afuera. Una vez que está ahí, nos paramos de frente hasta que se va relajando. El relajo llega generalmente cuando se sienta o se echa. Logrado esto, podemos darle una galleta o invitarlo a entrar. Ambos refuerzos son aceptados. Podemos ir aumentando el tiempo y la distancia poco a poco, hasta lograr que esté tranquilo sin que estemos en su campo visual (siempre con la puerta abierta) Ya habiendo logrado esto, podemos empezar a probar con la puerta cerrada.
Desensibilización: esto se refiere a lograr que el perro deje de relacionar ciertos estímulos con ansiedad y que vamos a salir, como por ejemplo el sonido de las llaves al tomarlas, el ponerse la chaqueta o abrir el portón. Para lograr esto, debemos realizar estas acciones varias veces durante el día, por ejemplo, tomar las llaves y dejarlas en otro lado, para que él entienda que si tomamos las llaves no necesariamente vamos a salir. Esto lo debemos hacer hasta que notemos que el sonido de las llaves no significa nada para nuestro perro y así con cada estímulo que le provoque ansiedad.
Salir de casa: una vez logrado los 2 pasos anteriores, empezaremos a hacer el primer ejercicio, pero saliendo de la casa. Partimos por pedirle al perro que espere en un lugar de tranquilidad, que puede ser su cama. Mientras espera ahí tranquilo, nos alistamos para salir. Si reacciona con cualquier cosa y se levanta, lo devolvemos a su cama y esperamos frente a él hasta que vuelva a la tranquilidad y reforzamos con una galleta cuando lo logra. Una vez que llegamos a la puerta, podemos abrirla y, sin salir, esperar unos segundos y volver a cerrarla. Si nuestro perro se queda tranquilo, se refuerza ese comportamiento. Empezamos nuevamente desde el principio hasta lograr salir y que nuestro perro no se mueva de su lugar ni muestre señales de ansiedad. Luego lo podemos probar con la puerta cerrada. Primero contamos hasta 5 y volvemos a entrar. Si está en su lugar, nos podemos acercar tranquilos y darle una galleta, todo de forma tranquila. Poco a poco vamos a ir aumentando el tiempo. Si camina hacia la puerta, podemos partir contando desde 5 de nuevo. Al salir o al llegar a la casa, no le demos tanta importancia al suceso, porque vamos a generarle ansiedad a nuestro perro.
Es muy importante que durante el ejercicio evitemos hablarle todo el tiempo y no hagamos cosas que le causen ansiedad. Si premio con cariño y se pone ansioso, quizás sea mejor reforzar la conducta con comida o alguna otra cosa. El ejercicio no termina hasta que logramos el objetivo, que es el relajo y tranquilidad total de nuestro perro. Si lo dejamos a medias, vamos a retroceder y alejarnos de nuestro objetivo.

Mientras más realicemos el ejercicio, mejor va a ser para todos. Hay que tratar de evitar que se produzcan episodios de ASP, porque podemos perder lo trabajado. El ejercicio físico también va a ser fundamental en este período. Si bien siempre debemos sacarlos a correr y pasear, al mantenerlos bien cansados en esta etapa podremos lograr que se relajen de forma más fácil.
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Espero haberles sido de ayuda. Un abrazo,
Benja.
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