Inseguridad y miedo, ¿qué hacer?

El miedo o inseguridad, también llamado ansiedad, es una conducta muy delicada y una de las más difíciles de mejorar. A diferencia de otros problemas, con este tipo de comportamiento se necesita mucha paciencia, tranquilidad, trabajo duro y consistencia de parte de nosotros.

Existen varias señales que nos dicen que un perro es temeroso o inseguro, como caminar agachado todo el tiempo, esconder muy seguido su cola entre las patas, asustarse con cualquier ruido fuerte o moverse con duda frente a diferentes situaciones. En resumen, tenerle miedo extremo a cosas que no pueden dañarlo.

Al sentirse amenazado todo el tiempo, esta conducta puede derivar en agresividad, ya que cualquier animal al sentirse amenazado y sin salida, puede usar un ataque como último recurso. Si aprender a usar la mordida como método de defensa, es probable que esta conducta aumente a tal extremo que llegue a morder a todo lo que le genere un poco de miedo. Para agravar el problema, muchos de nosotros, al ver a nuestro perro asustado, lo tomamos y le hacemos cariño para tranquilizarlo, pero lo único que logramos con esto es reafirmar la conducta, ya que estamos aprobando ese estado mental.

¿Por qué un perro puede llegar a este estado? Se da mucho en perros que fueron separados de su madre muy temprano. También podría ser por algún hecho traumático cuando cachorro y que el humano no supo manejar de la mejor manera. Por el hecho de ser una conducta que se genera en los primeros meses de vida, es más difícil rehabilitar a un perro con este problema que a uno con problema de hiperexcitación o agresividad, por lo que recomiendo trabajar con un amigo que sepa o un adiestrador.

La mejor manera para poder superar un caso de ansiedad, es trabajar la autoestima con más perros. Cuando están acompañados de otros perros que sí están equilibrados, son capaces de sentirse más seguros, crear lazos sociales e imitar el comportamiento de los otros.

Nosotros también vamos a ser parte fundamental, somos quienes le vamos a dar la seguridad que necesita día a día para ir mejorando con el tiempo. A medida que sus miedos van apaciguando, podemos exponerlo a otros estímulos para ver cómo reacciona, siempre y cuando nosotros estemos seguros de lo que estamos haciendo y seamos capaces de controlar la energía que le estamos transmitiendo.

Como deben saber, cuando los perros están haciendo una actividad de "trabajo", como el caminar junto a su humano o hacer ejercicios de agilidad, no puede concentrarse en otra cosa más que en eso. Nuevamente el paseo correcto (en donde el perro sigue a su humano sin distraerse) es clave en este caso de rehabilitación. Con los ejercicios de agilidad, le podemos generar seguridad al ir aprendiendo cosas nuevas y nuevamente lo mantenemos concentrado en esa actividad, evitando el que preste atención a estímulos que le gatillen su miedo.

Otro punto importante es el olfato. Trabajar con la nariz del perro nos puede resultar muy beneficioso para ayudarlo a mejorar. Salir con la compañía de otro perro para que se sienta acompañado y puedan explorar juntos lugares nuevos, le puede ayudar considerablemente.

Por último, si nuestro perro cae en un estado de paralización por miedo o presenta ansiedad frente a una situación, evitemos el hacerle cariño o sentir pena y lastima por él. Por el contrario, tenemos que ser el pilar de seguridad y tranquilidad. Si nosotros no estamos tranquilos y seguros, menos va a poder estar nuestro can. Tampoco es bueno mirarlo a los ojos o hablarle, que son signos de aprobación, por lo que podríamos aumentar ese estado y empeorar el problema. Lo mejor es ignorar, no a él, sino a ese estado desequilibrado y buscar alguna actividad en la cual se sienta cómodo.